Que vivan las mujeres

Ví la publicidad que les pongo al final del post el viernes y me entraron unas ganas tremendas de escribir esto, la inspiración llega de los lugares menos  pensados… 

Me he dado cuenta que somos nosotras mismas las que nos pisoteamos y no logramos ver lo grandes que somos.

 Dejamos que una pareja, una vecina, una amiga, un familiar nos diga que somos a sus ojos. Pocas veces nos miramos en el espejo buscando que quiero, escuchamos de otras bocas que no podemos y nos lo creemos. Ahí vamos caminando con nuestras millones de etiquetas, que con los años se vuelven anclas.

Llega el día que nos miramos en el espejo y ya no nos reconocemos, llega el día en que nos descubrimos haciendo y viviendo una vida que no es nuestra, una vida que nos eligieron, una vida que nos dicen como vivirla. Y algunas lo descubrimos, tomamos nuestras tripas y decidimos salir a vivir, salir a hacer lo que nos da la gana hacer, quitarnos todas y cada una de las etiquetas puestas, vivimos, luchamos, buscamos y pocas somos fieles a lo que creemos.

En algún momento del camino nos dijeron que no valíamos nada. Nos lo dijeron tantas veces que comenzamos a creerlo. Y nos miramos, nos conocemos… Caemos en la cuenta que el que no vale nada es aquel o aquella que nos ha hecho la vida miserable, y somos tan grandes, tan humildes que le perdonamos y hasta le bendecimos.

Se nos olvida que es nuestra vida, que es nuestro momento, que son nuestros hijos y por lo tanto nosotros decidimos tanto por lo mejor para ellos, como por nosotras.

Llega el momento en que te reflejas en los ojos mas hermosos, en el que ves tu creación, en el que encuentras el amor puro y perfecto, ese amor a tus hijos. Ese momento donde comienzas a confundirte con los términos, madre, mujer, esposa, profecionista. Es donde empiezan los señalamientos, las instrucciones, los consejos no pedidos, las dudas, las criticas…Se nos olvida que algunos ni siquiera son padres y que otros ya fueron padres y les toca ser sólo espectadores, no guías, no directores.

Y entonces pues, comienza una revolución, necesitas dormir con tus hijos aunque la familia diga que no es sano, lo que no es sano es fumar delante de ellos, drogarse, pegarles, engañarles, gritarles eso es peor que dormir con ellos. Comienzas a entender que la gente podrá hablar, podrá criticar pero lo que mas vale es estar feliz con tu forma de criar, con tu forma de vestir, de comer, de hablar.

Llega el día en que los otros se toman más atribuciones de las que deberían, creyendo que ellos si saben de la vida, de la muerte, del amor, del engaño.
Que ellos en tu lugar harían… Y la verdad es que «ellos en tu lugar» no existe porque no lo están ni lo estarán. Porque ellos no son tú y jamas sentirán ni vivirán como tú.

Esta es nuestra vida, nuestras decisiones, nuestros hijos. Si les das teta hasta los tres años, que te mire mal el que quiera, que es tu teta y es tu hijo. Que miren mal a aquel que solo ve a su hijo los domingos porque esta separado de la madre y prefiere vivir su vida.

Si prefieres que tus hijos duerman en tu cama cuando quieran, que lo hagan, que al final tendrán cinco años y no creo que quieran dormir mas contigo, que señalen a aquel que usa sus problemas como excusa para golpear a sus hijos, eso si que es de señalarse.

Que dejen de criticar a las madres que dan amor, que consienten, que permiten, que piden y no exigen. Que dejen de prohibirnos pasar mas tiempo con ellos, que nos dejen cargarlos hasta el cansancio, que nos dejen amarlos con nuestros instintos, no con esas estúpidas reglas de dejarles llorar para que aprendan. ¿Aprendan que? ¿Que la vida es dura? ¿que no siempre estarás ahí para ellos? Y que pasa si les digo que tal vez y sólo tal vez puede ser que si estés ahí!

Que si el niño llora porque tu te vas, carajo! Que si llora es porque te ama! Porque le duele pensar que te pierde! Y la gente te dice: «dejalo, que llore, que se enseñe, que no se haga mañoso». Y ahí estas tu, dudando, te vas hecha una porquería pensando que tal vez los otros tengan razón. ¿Y porque no tenemos las fuerzas para seguir nuestros instintos? ¿Porque les faltan las fuerzas de defender en lo que creen y no sólo eso, en lo que sienten?.

Que vivan aquellas mujeres que viven su vida como les place, que defienden su sexualidad, sus preferencias, su maternidad.

Que viva toda aquella que hace sonreír a sus hijos, que abrazan, que siempre está pensando cómo hacer feliz a los suyos.

Que vivan aquellas mujeres que defendieron su embarazo y siguieron solteras. Aquellas que lloran en las noches a solas, esas que no le cuentan a los hijos los sacrificios que se hacen.

Que vivan las que adoptan niños desamparados, las que dan el pecho a bebés que no son de ellas. Y a las que le dan el pecho al suyo también!

Que vivan las mujeres que buscan embarazos, que buscan dar vida, todas las que luchen por la vida.

Que vivan todas las mujeres que luchan, que aman, que aprenden, que dan, que entregan, que no renuncian.

Que vivan aquellas mujeres que decidieron romper con las crianzas a golpes, que dejaron de excusarse por el pasado por la forma en que a ellas las criaron.

Que vivan las que aceptan que se equivocaron y son capaces de pedir perdón y perdonar al mismo tiempo. Aquellas que no se dejan pisotear por nadie, que luchan por los que aman, que se entregan y dan sin esperar.Que vivan aquella
s que no pudieron dar el pecho y les hubiera gustado.

Que vivan las mujeres que no son cobardes, aquellas que toman al hijo en sus brazos y le hacen creer que todo estará bien sólo por el hecho de estar juntos.

Este es nuestro momento, no hay más!

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