Transformando mi Twitter

Algunas lecciones llegan justo cuando más las necesitas…

Era ya una adicta al twitter, la usaba como una gran herramienta de queja y de descarga. Podía pasar horas leyendo, comentando y recitando lo que más me molestaba o lo que menos me importaba. Por otro lado saqué grandes amigos de ahí, me reuní con madres que compartían mi pasión por la crianza, bajo el hashtag  #mamastuiteras y #crianza me he relacionado con madres de todo el mundo y he podido compartir mi experiencia como madre.

Últimamente algo no estaba bien ahí, empecé a preocuparme de más (cosa que se me da casi instintivamente) empecé a cuestionarme…

En la carrera tenía una gran maestra Aída López que nos enseñaba los poderes que tenía el texto, desde la intensidad de los puntos suspensivos que casi detienen las palpitaciones del corazón hasta las palabras que hacen el amor de sólo pronunciarlas, eso justamente había perdido. Comencé a perder el sentido y el valor de las palabras en mi vida y en la de los demás, me volví irresponsable y «parloteadora».

Un fin de semana de reflexión y de conección… 

¿Qué es lo que quiero compartir y porqué? 

Las redes sociales ahora abarcan la mayor parte de la vida de las personas, veo actualizaciones de estado en Facebook por ejemplo del tipo » Cenando con fulanito en tal lugar, tomando tal vino y siendo súper feliz» o los famosos check-in en foursqueare «Llegando al costoso restaurante tal, para reunirme con gente muy importante». En resumen, las redes se estan volviendo una forma muy falsa de ver nuestra vida y nuestra felicidad y eso me estaba ya haciendo terrible ruido en la cabeza.

Los momentos más felices de mi vida, por ejemplo, el nacimiento de mis hijos no tuve tiempo ni de escribirlo, vamos ni las ganas de hacerlo, fueron días después cuando toda esa felicidad se «asienta» cuando me entraron las ganas de plasmarlo en un blog para no olvidarlo, no para que alguien lo lea, simplemente para mi misma. Y ahí llegue al gran análisis de mi «compartir» on line. Miles de twitts se comparten al instante y justo esos instantes son los que nos desconectan con las cosas más valiosas de nuestras vidas.

Me puedo recordar varias veces escribiendo lo que mis hijos me dicen o hacen porque simplemente son tan cómicas que me dan ganas de compartirlas, pero sumando los momentos que tomo el teléfono para escribir por lo menos es la mitad del día que se me va escribiendo y creyendo ser leída por quién sabe quién.  

Algo debía yo hacer con eso… ¿Cerrar mi twitter? ¿Darme unas vacaciones?… ¡Una lista! Eso se me ocurrió hacer el fin de semana, una lista sobre lo que más disfruto de la vida y sobre lo que creo es mi felicidad.

«Ver a mis hijos reír» Esa fue la primera en la lista, «Ver fotografías» «Salir a caminar» «Hacer ejercicio» «Escribir» entre muchas otras y las más recurrentes eran siempre pasar tiempo con gente, las reuniones de personas queridas las disfruto al máximo, todo se resumía a pasar tiempo, tiempo verdadero con gente verdadera y sin saberlo tenía ahí la respuesta.

La ligereza de escribir cualquier cosa en cualquier red social me empezó a abrumar, estoy metiendo spam a un lugar lleno de spam, como si lo único que fabricara fuera basura para meterla en un barril lleno de ella y ¿Para qué? Mi maestra, mi sabia maestra me lo decía «Si se tiene la osadía de abrir la boca que sea para algo verdaderamente importante y aportante». No, no estaba aportando nada a nadie.

Solía ser una mujer muy sencible, muy conectada con los textos, los libros me los deboraba, tenía un pequeño cuadernito que cargaba con él, donde apuntaba las frases que quería se hicieran parte de mi vida, como un acordeón de los libros que visitaba y después lo ojeaba sin darme cuenta esas frases me las sabía de memoria, tenía esa sed por aprender, por saber, por investigar y conocer. Me veía a mi misma como una persona muy curiosa. 

Las redes sociales son verdaderamente útiles cuando se les usan por ejemplo con un propósito positivo. Cuando se usan para reafirmarnos que somos felices en tal o cual situación o lo infelices que estamos entonces es sólo spam para el spam. 

He decidido darle un giro a mis redes sociales, aquel libro que cargaba para anotar frases que aprendía de los libros o la gente ya no lo cargo más y en su lugar tengo una gran herramienta para compartirlo, decidí darle peso a mis palabras y a lo que comparto. Volver a la pasión por las letras, por las personas, por los lugares y libros. Entonces viéndolo del lado más pasional, lo que escribo es lo que doy al mundo y para nada quiero que sean quejas ni presunciones. 

Me puse a imaginar pues, que tal vez algún día una persona pueda sentirse mejor al leer un tweet mio o pueda aprender algo a través de mi, qué gratificante sería eso. Han habido varias madres que han leído el blog y que gracias a un post pudieron seguir amamantando a su bebé, por ejemplo, entonces ahí siento que mi labor escribiendo tiene un sentido, más allá de ganar algo o de volverme «popular» hice algo por alguien y eso me reconforta el corazón.

Una de las mejores frases que he adoptado ya como parte de mi es «Si no puedes ayudar a alguien al menos no lo lastimes» es tomada del libro El camino a la felicidad» del Dalai Lama y que ahora transformo en «Si no puedes escribir algo para ayudar entonces no escribas nada» Y ahí está mi incomodidad por las redes sociales la he transformado en mi herramienta para compartir aprendizaje y ayuda siempre que se pueda.

Tenemos el gran poder de transformar y de compartir, entonces que sea lo mejor de nosotros… 🙂

MI libretita de apuntes ahora se llama twitter, mi conexión con la gente que quiero es física y el «compartir» quiero que sea en mi mesa, en una comida, en un abrazo, en el reflejo de los ojos de alguien. ¡Elijo estar presente! y a la vez ausente de el «parloteo».

No sé muy bien cuál sea el camino correcto, pero yo elijo este, ahora sí: follow me 😉

 

5 pensamientos en “Transformando mi Twitter

  1. Buenísimo y totalmente de acuerdo. En un inicio, yo abrí la cuenta para promover la lactancia; luego, conforme fui conociendo #mamastuiteras comencé a escribir y compartir otro tipo de cosas hasta llegar al punto de escribir cualquier cosa de mi día con o sin importancia.

    Algo he criticado muchísimo en varias mamás y lo escribiste en tu post. Cómo muchas veces perdemos el tiempo en tuitear en vez de compartirlo con los hijos… y lo he criticado más en caso de las mamás que son «pro apego», pero como por ahí hace días escribió una mamá.. «pro apego al celular».

    Definitivamente, uno de mis favoritos.

  2. Las redes abren mucho camino a la falsedad, eso es muy cierto… y si medio te puedes desprender me parece perfecto, mas aun, si tienes aqui el blog para «seguirte» es paso.

    Para mi es trabajo, y si bien encontré-encuentro gente muy linda (de la otra tambien) ahí seguiré. Por el momento 😉

    Abrazos a la familia.

  3. Ayer estaba en la computadora mientras mis hijos jugaban cerca mio. El mas grande (3 años) salio afuera y vino a pedirme algo…no le preste atención, lo que necesitaba hacer faltaba muy poco para terminarlo.
    A los dos segundos vino y me dijo:
    Mama, acompáñame a disfrutar el día conmigo!

    Sinceramente me encanta estar conectada, pero más me gusta estar con mis hijos (por algun motivo decidí traerlos al mundo no?)

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